Opiniones no pedidas: Vol I

Es un tema muy tratado. Frases como "todos somos iguales en estos tiempos", "no hay espíritu crítico", "somos rebaño", son repetidas hasta la saciedad y son todas ciertas. Vivimos en un mundo que se encarga de deshacernos como personas para que actuemos de forma gregaria. El monólogo inicial de Trainspotting sigue siendo uno de los momentos del cine que mejor ha podido definir el espíritu actual. El Club de la Lucha, película que según quien la interprete puede ser una cinta sobre la frágil masculinidad o sobre el empoderamiento y extremismo del hombre, también trataba de ahondar en este concepto.

La gente que no encaja es expulsada. Da igual que sea por un trastorno diagnosticado o porque simplemente su forma de ser es diferente. Lo raro va con lo raro, como esas camisetas de fútbol de tu colección que van en una balda distinta del armario. Son gente que se valora de una forma parcial. En programas de televisión o en entrevistas de vez en cuando salen casos así, que se ponen en alza, porque hay que aceptar todas las mentes y sin embargo, después de esas luces mediáticas, vuelven a la sombra de la extrañeza que causan en los demás.

La cultura del meme, de la creación de contenido replicada hasta la saciedad, de los remakes, reboots y spin off sobre ideas ya tenidas no hacen más que agravar este asunto, en el que para encajar necesitas tener las mismas referencias que los demás, porque si no poco a poco se te irá alejando del grupo, ya que si aportas algo diferencial, lo único de lo que estás fardando es de tu pedantería y de que no eres como los demás, porque no ser como los demás es un defecto. 

En cierto modo da pena, pero nunca ha sido de otra forma. Al final ser parte del sistema es lo que hace mover al sistema de la manera en la que ha de moverse y de vez en cuando, surge alguien que lo trastoca para que otros lo puedan mover en la nueva dirección